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En el arte de la caza de patos con reclamos, hay opiniones para todos los gustos, esto va depender de la experiencia de cada cazador, en el que a través de los años se va definiendo, curtiéndose en la experiencia, en la que año tras años, nos proporcionan los innumerables lances, a lo largo de nuestra vida como cazador.

En mi opinión personal, voy a empezar a distinguir tres tipos de forma de caza, al paso, en el comedero y en la quedada (al amanecer).

Para mí, la modalidad que requiere los reclamos más exigentes, es la caza al paso, en el que el pato se dirige hacia sus comederos y sus zonas de baños y nuestros señuelos tienen que esforzarse con su canto para hacer que sus congéneres salvajes se rindan, consiguiendo que estos modifiquen su rumbo, hasta el punto de entregarse, aterrizando a pocos metros de mis patos, mis aliados en la caza.

Hay muchos tipos de razas de reclamos, cada uno de ellos, con un timbre y una intensidad diferente, por ello hay quien le gusta las hembras continuas, con mucha intensidad, también hay quien le gustan que permanezcan calladas y llamen cuando divisan los patos salvajes, en las inmediaciones del puesto de caza, y seguiría enumerando ejemplares cada uno con sus diferentes características, pero en mi caso, me gustan tranquilas pero sin pausas, patos que estén llamando continuamente, con un ritmo tranquilo y timbre suave con una gravedad moderada, asemejándose lo más posibles a sus parientes salvajes.

No puedo decir que me gusten las escandalosas, ya que hay patos que se percatan fácilmente del engaño, siendo un comportamiento bastante atípico en su estado salvaje.

Muchos compañeros, las prefieren calladas y que canten cuando están divisando los patos, sobrevolando la zona, delatando la presencia de ejemplares en el aire, y la verdad, no son estas mi preferidas, porque si cazas en comedero, te van a entrar de todas formas, no les puedo atribuir el merito de la entrada de los patos salvajes a los señuelos, cuando los patos que allí van, llevan días e incluso semanas alimentándose, por lo que no puedo atribuirle un merito mas alto que la de dar confianza a los salvajes, ya que no podría decir que vienen por las llamadas de nuestros patos.

Dicho esto: ¿se podría decir que un señuelo es bueno, si estas cazando, donde acude día a día a comer?

En mi opinión desde luego que no, a mi me gustan las hembras que llaman lanzando un tono corto con una repetición aproximada de entre 5 y 15 segundos, de manera que cuando un pato se pasee a una distancia de unos 300 metros, se vea atraído por la llamada, con la necesidad de comer junto a otros de su especie o en sus meses de celo, con la meta de aparearse y cuando éste las sobrevuele, se desgarren la garganta reclamando su presencia con una potente y enérgica llamada, reclamando su compañía y haciendo que sea irresistible la bajada, motivado por la hembra que reclama.

Es fácil deducir, en el caso de unas hembras calladas, muy posiblemente esta situación no se produciría, ya que la presencia del pato salvaje ,solo estaría marcada por el azar y la fortuna, al no producirse una llamada por parte de nuestros señuelos, que los dirija hacia el puesto de caza.

No tengo dudas al afirmar, cuando digo: la caza al paso, es la modalidad más exigente para el trabajo de nuestros reclamos vivos, en el que los salvajes no tienen una zona concreta de alimentación o al menos que tengamos conocimientos de ellas. Los lances que vamos a realizar, van a depender de nuestros queridos aliados en toda su totalidad, siendo su presencia de vital importancia para el éxito de nuestra jornada de caza.

Generalmente, para la caza de patos reales, suelo utilizar una combinación de dos hembras y un macho, acompañado de un número discreto de cimbeles, numero bastante ridículo, debido a las restricciones que soporta esta modalidad de caza.

Por este motivo entre otros, la colocación es de gran importancia, dependiendo de ésta, nuestros reclamos llamarán de una forma determinada, normalmente, busco una combinación de llamadas, alternándose las dos hembras y fusionando al macho, con el fin de atraer al mayor número de patos posibles, rendidos y entregados ante la llamadas de nuestros reclamos de patos.

Otra configuración sería por ejemplo una hembra de llamadas cortas junto a otra callada que refuerce la llamada, en la entrega del pato de campo, acompañado de uno o dos machos que proporciones confianza con su llamada algo más discreta pero sin menos importancia, y seguiría haciendo configuraciones, todas ellas diferentes y a la vez tan validas, sin perder mi idea de lo que para mí, son unos buenos patos reales de reclamo.

Podría escribir un folio tras otro y tengo la impresión que de ser así, no acabaría nunca, ya que el tema que nos ocupa tiene variantes tan interesantes, como el tipo de canto, el posicionamiento, etc.... los cuales son temas que seguro se tratarán en otro artículo, debido a la amplitud de los mismos.

He querido compartir mi opinión, de lo que para mí, son unos buenos patos de reclamos, sometiéndolos a la exigencias que requieren la caza de patos al paso, en nuestros arrozales y campos inundados.

Chani

Categoría: RELATOS

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