Valoración del Usuario:  / 2
MaloBueno 

Gracias a la pequeña estufa de leña, en la escuela del pueblo hace calor, pero fuera, febrero campa a sus anchas. Mientras cantamos las tablas de multiplicar, la mañana va pasando.

De vez en cuando, con la manga de la bata retiro el vaho de los cristales y miro hacia el sur. Las borrascas de agua-nieve van amainando y ya se ve el perfil de los montes.

De pronto, el horizonte se ilumina, -¡Javi, Javi…mira, mira!, Javier y Esteban me interrogan con la mirada.

-Encima de los chopos! No los veis?!!!

Estiran el cuello, para ver, en último momento, el bando de 12 ansarones, que con las alas paradas se pierden tras el tejado de casa “Zindarrena”.

Y tras ese, otro y otro… y otro más… Bando tras bando se van descolgando hacia la balsa, como piedras, ni una vuelta.

Tanta excitación en la joven parroquia, más atenta a la ventana que a la tabla del siete, no pasa desapercibida.

- ¿Que estáis mirando?

- Es que… Es que…Están viniendo ansarones sin parar…

- Lo menos 200….- apunto Iñaki, el eterno optimista.

Entonces, la maestra, sabiendo la pasión que nos comía, dijo las palabras mágicas.

- Coged los abrigos, y vamos a ver cómo les tiran.

Y así, tuve la primera y mejor “actividad extraescolar” de toda mi vida estudiantil.

Susurrando nos amontonamos en el cubierto de casa “la abadía”, intimidados por las miradas y los gestos de silencio de los viejos cazadores, a los que la edad ya no dejaba bajar a la balsa pero no se perdian ninguna tirada desde aquella privilegiada atalaya.

La faena ya había comenzado, unos 80 gansos, apelotonados en medio del agua, inquietos, los cuellos tiesos… nadaban contra el viento empujados por las sabias maniobras del “tío Javier” que poco a poco, con la presión justa, y la sabiduría que le daban sus muchos años de cazador, los iba acercando hasta el “ezpondón”.

Tras el largo montículo de tierra estaban los cazadores, esperando.., -¡Se han volado, se han volado!!.- Grita alguien, constatando lo evidente.

El bando, se enfrenta al viento y comienzan a elevarse, cuando todo parece frustrarse…

-!!!PAM¡¡¡

En el momento justo, Tomás, que estaba oculto en las matas de “Larrasko” suelta un disparo, y el bando gira suavemente, tomando, perfecto, el rumbo fatal.

Una traca cerrada, algún disparo suelto y el guirigay de los ansarones que se alejan…

- Por lo menos…una docena.- Dice Antonio

- Como mucho…ocho, que tirando al aire no se caen muchos…- Replica Victorino.

- Uno se ha descolgado y ha caído en “Aldapondo”, Mira.., ya van a buscarlo…- Apunta José, que conserva una vista admirable.

Se oye un tiro suelto, rematando algún herido que se alejaba nadando. La recogida es rápida, estamos en buenas fechas y se pueden presentar en cualquier momento.

Cuando se acercan a la puerta del cercado, bajamos corriendo la cuesta al encuentro de los cazadores .Allí, llega mi padre con dos ansarones sobre el hombro, calado desde las botas hasta la boina, con su eterno cigarrillo en los labios, sonriéndome…

Nunca lo volví a ver tan guapo…

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

Categoría: RELATOS

RELATOS DE CAZA

La sección de Relatos está pensada para cazadores que desean contarnos sus cacerías, anécdotas, momentos inolvidables... Mándenos sus relatos y compártelos con nosotros!!

Publicaremos su relato, si tiene calidad suficiente de inmediato. No olvidar indicar el nombre del autor y el título del relato.

La Administración se reserva el derecho de corregir errores tipográficos, así como el uso de los contenidos o parte de ellos que se le remitan para publicar. 

Enviar relato

 

SÍGUENOS EN FACEBOOK

 

ONLINE

Tenemos 19 visitantes y ningun miembro en Línea

BUSCAR

SÍGUENOS EN:

 

La web Cazaacuaticas.com utiliza cookies propios y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Si quiere más información politica de privacidad.

Acepto los cookies de esta web.