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Un estudio realizado por investigadores del IREC y de la Facultad de Veterinaria de Uppsala (SVA) en Suecia descubre que las cepas de la bacteria Clostridium botulinum tipo C/D, causante del botulismo aviar, aisladas en Suecia y en España son genéticamente casi idénticas y compartidas entre especies silvestres y domésticas. Además, se ha utilizado una técnica basada en inmunomagnetismo que facilitará el aislamiento y futuros estudios de esta bacteria.
El estudio revela que cepas española y suecas aisladas durante brotes de botulismo en aves silvestres y domesticas son genéticamente casi idénticas de lo que se deduce que provienen de un ancestro común y es muy probable que en el resto de Europa las diferentes cepas causantes de esta enfermedad también sean muy similares.
El botulismo aviar es una de las enfermedades que mata más aves acuáticas silvestres a nivel global y en los últimos años se esta convirtiendo también en un problema de aves domésticas. Cuando se produce un brote pueden morir de cientos a miles de aves dependiendo de si existen las condiciones propicias para su expansión. Entre las aves que mueren cada año por esta enfermedad en España se encuentran algunas en peligro de extinción como la Malvasía cabeciblanca.
El botulismo aviar es una intoxicación producida al ingerir la toxina botulínica. Existen 8 tipos de toxina denominados de la A a la H y que son producidos por diferentes cepas de la bacteria Clostridium botulinum. También aparecen cepas denominadas quiméricas (mezclas de otras) que pueden secretar toxinas con características diferentes. Concretamente el botulismo aviar en Europa esta principalmente causado por la toxina de C. botulinum tipo C/D, que resulta ser más tóxica que la toxina C hasta hace poco considerada como la principal causante del botulismo aviar.
El estudio de esta bacteria hasta la fecha había estado dificultado por la complejidad de su aislamiento pero en este estudio se ha validado una técnica de inmunomagnetismo que ha dado muy buenos resultados y ha permitido el estudio de un mayor número de cepas.
Una explicación posible para la similitud genética observada es que las aves acuáticas hayan contribuido a la dispersión de las cepas de C. botulinum tipo C/D a lo largo de su ruta migratoria en Europa.
Hasta el momento las posibilidades de control de la enfermedad se limitan a la eliminación de los cadáveres para evitar la intoxicación en cadena de otras aves por la ingestión de larvas de mosca contaminadas y la conservación de los humedales para mantener unas condiciones menos propicias para el desarrollo de la bacteria. El hecho de que las aves puedan ser portadoras de la bacteria resalta la importancia del control de otras causas de mortalidad estival que actúen como detonantes del crecimiento del C. botulinum en los cadáveres.