Relatos de caza: El Doctorado.

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Mares, inmensos Mares de cereal mecidos por el viento como olas en un océano sin fin, penetrando entre montes cañadas cerros y barrancos verdeaban a la par que se iban agostando con el paso de los días y la entrada del verano.

Los sentidos disfrutaban con el susurro que traen las espigas frotándose entre si mecidas por el viento el cereal de diversa índole brillaba al sol que lo agostaba paso a paso como mandan las estaciones trigos, cebadas, centenos, avenas.... todo un elenco de cereales plasmados en aquellas sierras y sus moradores.

Jabalíes, a cientos, corzos en sobreabundancia y algunos medalla, pero a estos ni mirarles!!

Algo de cabaña cervuna y en las crestas de los cerros y barrancadas cabras...

La finca pertenecía a unos hermanos panaderos, terratenientes con muchas fanegas en propiedad y con el poder que dan los dineros presionaban a las administraciones para que bien pronto se concedieran los permisos de caza para los daños causados por los jabalíes y cierto número de precintos para lo demás.

Se podía pagar por días, por semanas, o por la temporada completa, sobre todo a la espera, con el fin de reparar los daños causados por los guarros o mitigarlos, estos hacían verdaderos estragos dada su cantidad, si no eras trofeista o andabas buscando un bicho grande raro era que no te apiolaras un par de guarretes normales o hembras confiadas entrando con su prole en plaza confiadamente, al menos las primeras semanas.

Cazadores de provincias cercanas pagaban por días y los pudientes por trofeos de cervuno o de ungulados como el corzo con fajos de billetes, pero el núcleo duro de aquel acotado lo formaban 5 elementos, 5 predadores terribles de los que se las saben prácticamente todas en las lides del rececho y las esperas.

Por orden predador como en una cadena trófica, teníamos en primer lugar al Jaime, parido en estas sierras y armero de la Guardia Civil un lunático -maquina que te apañaba el arma con una navaja dos piedras y esparadrapo, un crac de las armas y un fenómeno con los rastros mas un conocimiento de la zona inaudito, siempre hacia carne y de calidad¡¡¡¡ Sus trofeos no bajaban de los 80 kilos ¡¡

Luego teníamos al catalán alias el cirujano... este había formado parte del equipo o participado en la disciplina de tiro olímpico en Barcelona cuando las olimpiadas, un fenómeno con el arma en las manos, le sobraba con su 30 -06 y unas balas de pocos grains cuando los demás no bajábamos de los 200 grains y como mínimo de calibre el 7 milimetros.

Lo de cirujano se le puso porque sus disparos tenían la firma del que siempre aloja la bala en el órgano vital, el codillo y además a unas distancias para el resto de los mortales inalcanzables. A este elemento le vi abatir en noche cerrada animales a distancias que ni por asomo uno se encara el arma y el bicho más grande que he visto en mi vida lo abatió él, a mas de 200 metros de noche y con la bala alojada en pleno corazón... su arma al igual que los elementos de luz y puntería eran de lo mejorcito...

Al alcance de los muy pudientes algunos de dudosa legalidad, incluso contaba con un secretario que le apañaba los trofeos y llevaba los pertrechos al puesto, lo único que le impedía ser el que más abates realizara, era la holgazanería a desplazares trayectos largos por el monte por lo que estaba limitado a un porcentaje de acotado inferior a los demás, si no, no hubiera tenido rival alguno.

luego venia el mellado, un chaval de unos 35 años pero que le faltaba la mitad de los dientes por falta de higiene bucal, la corporal la trataba igual, media más que una abubilla y la ropa de las esperas no la había lavado en la vida¡¡¡

Este sujeto cazaba al anochecer y al amanecer cuando los animales volvían a los encames, llevaba consigo un saco de dormir con más pulgas que un perro sarnoso en el que dormitaba en el monte entre el impás de tiempo que transcurría entre la finalización de las esperas de tarde -noche y las amanecidas, siendo capaz de estar viernes sábado y parte del domingo sin aparecer por el caserío donde dormitábamos, un cocodrilo Dundee pero a la española.

Después teníamos al Indio, que se prodigaba poco a cazar, pues este hacia de guía en los recechos a los corzos y al cervuno acompañando a los señoritos por el monte o pisteando con su tequel alias ( pelusa) animales que quedaban heridos o donde hiciera falta a cambio de sustanciosas sumas de billetes, bares de copas, etc. a cambio cazaba gratis, cuando venia se sumaba al elenco del terror que profesaban aquellos sujetos sobre los guarros.

Fue por mediación del Indio por el que yo ingrese en el grupo, pues cazábamos juntos en otro acotado ya varios años , intentando aprender lo máximo de aquellos predatores haciendo lo que a ellos les venia en gana ,vamos de pinche¡¡¡ pues aunque pagada mi acción podía cazar a mi antojo.

Experiencia tenia más que sobrada, cazar en aquellos mares de cereal donde se tiraba largo y desde posturas altas donde solo el rifle valía como arma no tenía nada que ver con la espera a cebaderos que es donde yo me desenvolvía a las mil maravillas.

Se disparaba desde los altos porque con el cereal crecido una vez penetraban dentro del campo no se les podía ver por lo alto del cereal y solo desde las alturas se les podía vislumbrar y disparar, así que compré un Browning 7 milímetros semiautomático visor y foco hasta donde el bolsillo me dejo, deje la escopeta en el armario y comencé mi doctorado, tenia como maestros a los anteriormente mentados elementos.

Dormíamos en un caserío viejo y andrajoso a mas no poder, temíamos que algún día aquello se viniera, así abajo lo acondicionamos regular para albergar algún cuartucho donde mal dormir y adecentarle de manera que quedara lo más salubre posible.

Entre aquellos fenómenos se creo una rivalidad creciente, solo iban a la calidad del trofeo buscando viejos macarenos o animales que se la jugaban a todo dios creyéndolos imbatibles y así comenzaron a poner nombre a algunos guarros listos de cojones o enormes de porte y peso: el blanco, el gordo, el de la carretera, el negro, la mole, el tanque el largo... y cada día uno de estos pagaba con la piel para regocijo de unos y envidia de los otros....

Un día coincidí con el Mellado en el mismo sembrado y repartimos a suerte quien elegía puesto, gané yo a cara o cruz y en cuanto me fui se sacó la chorra y se puso a mear a la vez que andaba dejando un rastro y jodiendo la espera ...y jugándomela a mi porque el muy ladino sabía por donde se vaciaban en retirada los cochinos, y una vez entrada la piara de turno en cuanto les vino el tufo y dieron la espantada le pasaron a huevo apiolando, abatiendo dos, otra lección más¡¡¡

Recuerdo una noche que el Catalán llamó por la emisora pidiendo ayuda para cargar un marranote descomunal, el blanco fue el abatido un bicho enorme sin casi pelos cruce entre domestico y salvaje decían. Hicieron falta 4 hombres para cargarle en la Pik up pero el Catalán no aparecía andaba sentadito en el puesto viendo la faena su secretario se afanaba en cargar trastos, por curiosidad me arrimé a él y le dije que de donde lo había abatido, cuando señalo el lugar desde donde efectúo el disparo ninguno dábamos crédito, 200 metros?

El Mellao lo acuso de tramposo y casi llegan a las manos así que se saco una diana del vehiculo y la coloco donde antes estaba el guarro se fue al cerro donde había efectuado el disparo y vacío el rifle....luego le estampó en la cara al Mellao la diana con 3 impactos en el centro¡¡¡ aquel se dio el piro rojo de ira, menudas se las gastaban ¡¡¡ Una noche el Jaime no venía y aquello era mosquearte ... me arrimé a la zona que controlaba y lo encontramos entre escombros del muro de una paridera a la que se había encaramado para tener visión y se vino abajo... sepultándolo de piedras y adobe ya no pudo cazar en esa temporada por la rotura de un hueso de no se que parte de la anatomía que lo inhabilito. Buscó un brazo ejecutor y fue el mío...

- Chaval hoy allá arriba que entra un guarraco a un sembraete.... atento que llega¡¡¡¡ bummm y así fui aprendiendo aires, socaires, rastros frescos, escupitajos, retiradas y como colocar la cruz en el momento adecuado en su sitio.

Cuando ya se recuperó, ya no era el pipiolo del principio ya me miraban con recelo y llego mi hora....

Faltaban por abatir tres muy buenos guarros y mucha morralla que dejábamos para los que pagaban por días centrándonos en la mole como el más apetecible.

Aquella tarde pronto comenzamos a buscar rastros en los sembrados, cada cual en solitario y con recelo pero las mejores piernas eran las mías y había cerros que tela.... al colmatar uno de ellos entre dos laderones había una cañada minúscula con un sembrado estrecho pero larguísimo y desde allí se veía un bultaco enorme que no se movía... me eche los prismáticos a la cara y bingo¡¡¡¡ la mole... impresionaba su porte: giboso, enorme, poderoso un monstruo¡¡¡

Lo más complicado era donde ubicarme.... descubrí un pino bastante alto para colocarme y lo suficiente peligroso como para romperme la crisma en el intento pero desistir, nunca!!! Así que como un mono y con lo justo me encarame a la cima corte un par de ramas y con una cuerda apañe una cesta cutre, le puse la manta encima y allí colgado me quedé meciéndome al compás del viento y los rayos que descargaban en el infinito anunciando tormenta.

El gordo por supuesto en cuanto me barrunto salio a todo trapo pero sabia que a la noche hará una pasadita, y yo iba a estar esperando un mínimo fallo para arrebatarlo a aquellas sierras.... pero al que no esperaba era al Jaime que pasó debajo mío y ni se cosco ....

- Ehhh!!!! Coño que haces ay arriba zagal que te vas a matar¡¡¡ que esto es mas facil que todo eso que te has montado atontado¡¡¡¡

- Mira en aquel risco me coloco yo no vayas a pelarme¡¡¡ y se fue para volver a los 20 minutos.

- Chacho vámonos que se va a armar una gorda ¡¡¡ yo me quedo¡¡¡ chaval se va a liar un tormentón de órdago agua a mares¡¡ con aparato electrico¡¡¡ tu veras pero yo me bajaba de hay pero ya, que no que me quedo coño¡¡ tu mismo a donde quieres que mande las flores? muerto pa na ..voy a poner en la lapida va baja ya cagon¡¡ o te bajo de una pedrada ¡¡¡ ni borracho¡¡ pues ala veste a la mierd.. y se arreo para abajo blasfemando.

A los escasos 15 minutos se desató el diluvio universal, agua a mares¡¡¡no veía a más de tres metros, rayos por todos los lado el pino que se balanceaba como un títere los truenos sobre mi cabeza con un ruido a roto enorme¡¡ brummmmm y rayo y trueno y ala otra vez calado hasta los huesos el agua me corría por las perneras de los pantalones y a la media hora ceso..

Poco a poco, paulatinamente se agotó el torrente y se hizo la calma ... la cara de gilipollas que se me quedo era de fotoshop ni trucándola y más aún cuando debajo de la sombra de un pino a unos 80 metros vi un bulto enorme inmóvil.. La madre que me parió¡¡¡la mole.... quieto cargándose de aire.

Levanto el rifle lentamente me encaro y no veo nada..uy? los tapones del visor para que no se empapara¡¡¡ los quité y cuando me volví a encarar ya no estaba ,la puta que lo echo¡¡¡ me di dos hostias en la cara por panoli que debieron de oírse hasta en roma ,la noche gano terreno y el sembradete se infesto de guarros y piaras se les oía perfectamente ,soplidos carreras peleas..... de repente y sin previo aviso la espantada general¡¡¡¡

Allí no quedó ni el tato silencio absoluto, el monte parecía muerto y yo sabia porque perfectamente. Aquello que les hizo salir a todo trapo era el miedo al jefe, al todopoderoso, a la mole¡¡¡

Comencé a oír su garbeo nocturno confiado, paso a paso, primero lejos, luego más cerca, incluso como masticaba el cereal, parecía una metralleta mascando el trigo con bocados seguidos, chac chac chac.

No daba la cara, andaba por las sombras y dudo que la diera, así que cuando ubique el animal de oídas en un lugar concreto me encaré el arma, encendí la luz, peine rápido las sombras, allí estaba¡¡¡ cerca del monte ,levanto la cabeza, soplo y cuando se iba arrancar bummmmm trallazo seco que resonó en aquella cañada haciendo rodar y derrumbarse al bicho que a trancas y a barrancas intentaba reincorporarse, boommmm secunde el disparo y puse fin a sus días de gloria y el comienzo de los míos ,no baje del árbol ,alli quede empapado de agua tiritando de nervios y frío fue una locura chopao hasta los calzones y con la temperatura que precisamente alta no era .pero sabia que alguna piara se la jugaría mas tarde que pronto.

Tardaron, pero vinieron, oyéndose a una legua, traían mucho ruido de romper monte y de pronto enfrente mío se pararon, no salían al sembrado así que ilumine el monte y vi un tumulto de ojos mirando a la luz, busque al más gordo una jabalina grandota, le puse la cruz en la paletilla y bum allí quedo rodando ladera abajo patas arriba ,doblete y esta vez si que baje a duras penas del árbol anquilosado como estaba, bajando los pertrechos antes atados a la cuerda, tras ellos yo ,el héroe del día por una vez entre aquellos depredadores por primera vez fui yo quien pidió ayuda para cargar los animales, pues los anteriormente abatidos yo mismo me bastaba y me sobraba par ello, nadie salio ese día a cazar con la que cayo, solo el menda.

Vinieron todos y por una vez no vi envidias en sus rostros, si no el convencimiento de que uno mas había ingresado en su club ¡¡ ¡

Ramon Antoni forner

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