Si tenéis la oportunidad de cazar aves migratorias, acuáticas o palomas, con reclamos vivos en el país vecino, no dejéis pasar la ocasión. Y si os acompaña un cazador local, aprovechad para disfrutar y aprender, pues son auténticos maestros y apasionados de esta modalidad.
Para muchos de ellos el conseguir la “pose” (la parada) de los bandos de silvestres, engañados por sus reclamos, es premio suficiente, y tan valioso como la captura final.
El mérito del lance, no se atribuye al cazador (disparo generalmente fácil y cómodo), si no a la labor de los “músicos” que han conseguido vencer la desconfianza de los salvajes y ponerlos a nuestro alcance. Pero conseguir una buena orquesta de reclamos no es nada fácil.
El cazador‐patero solo tiene dos caminos, comprar o criar, igual que en el futbol “cartera o cantera” La compra de animales a otros cazadores‐criadores es aventurada, ya que normalmente se desharán de los menos valiosos o prometedores, con lo cual, si se busca lo mejor, no queda más remedio que criar tus propios patos.